Responsabilidad penal del menor

Debe de primar el superior interés del menor, sin perjuicio de adecuar la aplicación de las medidas a principios garantistas generales tan indiscutibles como el principio acusatorio, el principio de defensa o el principio de presunción de inocencia. Algunas de nuestras acciones serían:
Asesoramiento inicial

  • Explicar al menor y a sus tutores legales (padres o responsables) los derechos y obligaciones que tiene en el proceso penal.
  • Informar sobre las posibles consecuencias legales de los hechos y las alternativas que ofrece la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor (LORPM) en España.

Garantizar la defensa legal del menor

  • Actuar como representante legal del menor durante todo el proceso judicial.
  • Velar por el respeto a los principios fundamentales del proceso penal juvenil, como el derecho a ser escuchado, el derecho a la privacidad y la proporcionalidad de las sanciones.

Participación en la fase de instrucción

  • Acompañar al menor en su declaración ante la policía, el fiscal de menores o el juez.
  • Examinar y, si es necesario, impugnar las medidas cautelares propuestas, como internamientos provisionales o medidas restrictivas.

Intervención en el juicio

  • Preparar la defensa, incluyendo la recopilación de pruebas, testimonios y peritajes que puedan favorecer al menor.
  • Argumentar en juicio para asegurar que se consideren las circunstancias específicas del menor, como su entorno familiar, social y educativo.

Propuesta de medidas educativas y de reintegración

  • Sugerir medidas alternativas al internamiento, como programas educativos, comunitarios o terapéuticos, si es compatible con la gravedad de los hechos y el interés del menor.
  • Defender un enfoque de reintegración, priorizando la educación y la responsabilidad del menor por encima de la mera sanción.

Mediación y resolución extrajudicial

  • Explorar posibilidades de mediación con las víctimas o acuerdos de reparación que eviten la judicialización completa del caso, cuando proceda.
  • Facilitar la comunicación entre las partes para llegar a soluciones reparadoras y menos lesivas para el menor.

Acompañamiento en la ejecución de las medidas

  • Supervisar que las medidas impuestas (como libertad vigilada, internamiento en centro de menores o servicios a la comunidad) se cumplan respetando los derechos del menor.
  • Intervenir en casos de incumplimiento o solicitar revisiones de las medidas si las circunstancias del menor cambian.

Protección de los intereses del menor

  • Velar por que las medidas adoptadas estén siempre alineadas con el interés superior del menor, su desarrollo personal y su reintegración social.
  • Garantizar que el menor reciba un trato diferenciado del de los adultos en todo momento, evitando estigmatizaciones o vulneraciones de sus derechos.

Defensa de garantías procesales específicas

  • Impugnar actuaciones irregulares, como interrogatorios realizados sin la presencia de un abogado o tutor legal.
  • Exigir que el lenguaje utilizado en el proceso sea comprensible para el menor.

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